viernes, octubre 15

Helena

“Soy estúpida” recé:
Sé que Dios entendería
“Grito y me quejo. Mas sabe
fresca la dicha de Paris”

Yo, dormecida memoria.
Tú, perfume excesivo.
Yo, amante escogida.
Tú, novísimo recuerdo.

El animal que habita
detrás de ese cristal
se parecía a mí:
“Sí Helena, veinte días,
veinte noches, veinte años
en sus brazos derramada
estarás”. Los fuegos fatuos
en el río inmortal
serán su final halago.

Ahora soy indolora
Presencia en el espacio.
−Una gotera dorada−
Pero fuiste tú, Enone:
Capaz de acompañarlo.

Eres colores y tiempo.
Sé que Dios entendería.
Pensé que tú entenderías.
Me lamenté. Soy estúpida.


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