Me tomó más de medio año ganar fuerzas para volver escribir; en creer en mí, en la poesía y la belleza sobretodo. Muchas cosas pasaron que no pude comer en su tiempo, estaba frío y ausente; inocente y vacío... pensando en mi actitud salvaje y cómo aquellos actores que personificaban mi propia gran batalla de Troya, no podían (ni podrán) utilizar los trajes épicos.
Pasé mucho tiempo emulando a Dioniso. Solo, soñando con vino y lujuria.
Pero Apolo vino un día de invierno; su belleza en luz eléctrica destrozó mi corazón.
Como Ulises, decidí regresar a casa, después de romper a Cirse.
Así, le pido a usted, amable lector; no pierda el aliento. Podré tardame en darle algo nuevo; me podré perder en el viaje, en los círculos del infierno sin Petrarca y sin Beatriz, en las palabras. Pero aquí estoy, tratando de regresar a mi hogar, al Eros, a la belleza, a los paraísos artificiales.
H/H
Hace 14 años