jueves, junio 25

Río aléjate de mi ventana.

Hoy, te vi correr por el río, tal vez temeroso, tal vez aliviado de la ventana aún abierta.
La cerré despacio y volví a la tierra -sepultado y cansado- por tu imagen reflejada pero nunca recogiste tus minas. Ahora el vidrio está roto, como un imbécil amante lo hice trizas.
Mutilado, aventé todo el tiempo y el placer al río, perdiendo partes aún sanas. Mi cabeza se desprendió podrida ya; tal vez por las cortadas, tal vez por las quemaduras, tal vez por la corriente que se filtraba poco a poco por los muros, en tanto mi amor se agotaba.
Y separado de mi forma, en fúnebre respiro te dejé lo último que quedaba: una bendición: una despedida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario